Julio César
Ramírez Romero
En 1998 inicio el contacto con las espadas a través de un grupo de recreación histórica practicando esgrima medieval, pero la inexistencia de proveedores nacionales generaba un problema de desabastecimiento en este sector que comenzaba a experimentar un auge en España. Mi interés por la fabricación de armas me llevo a contactar con antiguos espaderos de la fábrica de Armas de Toledo, ya retirados, que me enseñaron las bases de la espadería tradicional toledana. Dos años más tarde ya estaba produciendo en mi taller de Camuñas espadas funcionales que se utilizaban en las salas de esgrima antigua de todo el país y la industria del cine y el teatro. En 2017 el destino me puso en las manos la oportunidad única de prestar mis servicios en el último reducto de la espadería toledana, ni más ni menos que en el taller de Mariano Zamorano, el último espadero que aún labraba en el corazón de la ciudad de Toledo.