
Conrado
Córdoba de Julián
Treinta y cinco años en el oficio de vidriero son los que me han aportado una vasta experiencia en la
adquisición de conocimientos y aplicaciones en el mundo del vidrio. Comencé de la mano del maestro vidriero Henri Dechanet, el cual me inculcó el saber y el amor por este oficio que va desapareciendo poco a poco. Podría poner muchos trabajos donde la ilusión, el gozo y la satisfacción se han plasmado en mi, las
vidrieras para la Catedral de Cuenca (en cooperativa) innumerables restauraciones, vidrieras para la
el Monasterio de Guadalupe (Cáceres) iglesias en Valencia, Cuenca, Conventos, casas particulares
etc.… en todas he puesto un trocito de mi alma y la ilusión del placer que sienten las personas al admirar mi trabajo. Sigo trabajando en mi taller con la misma ilusión que cuando empecé y cada día aprendiendo de
este oficio.