Cerámica de Talavera de la Reina y Puente del Arzobispo

Talavera de la Reina y El Puente del Arzobispo destacan por ser uno de los centros cerámicos más importantes de todo el mundo.

Estas dos localidades toledanas, bañadas por el río Tajo, poseen una larga historia de vínculo con la cerámica. El Puente del Arzobispo destaca desde antiguo por poseer una arcilla de excelente calidad que favoreció el desarrollo de esta industria artesanal. Por su parte Talavera de la Reina ha sido capaz de documentar desde época Íbera y Romana (Caesaróbriga) a sus primeros ceramistas: por ejemplo alfarero “Calvinus”, cuya firma se ha encontrado en restos del horno romano excavado en el antiguo “Huerto de los Leones”. Desde sus inicios hasta su último hito: la inscripción en 2019 de los proceso artesanales de la cerámica en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, muchos han sido los avatares y devenires de esta tradición e industria artesana.

En la Edad Media se han documentado en Talavera de la Reina producciones cerámicas califales, andalusíes y mudéjares. En el año 1565, el ceramista ítalo-flamenco, Ian Floris, se asienta en la ciudad para fabricar la azulejería del Real Monasterio de El Escorial, revolucionando la forma de hacer cerámica medieval. Este hecho puso de moda la decoración cerámica en toda la corte, tanto en la vajilla de mesa como en la decoración de espacios y edificios. Las distintas modas e influencias estéticas irían reflejándose en la producción cerámica de las “talaveras”. Tal fue su desarrollo y profusión  a lo largo de los siglos que los especialistas han propuesto una clasificación de sus cerámicas en distintas series para favorecer su estudio y catalogación. Ejemplos son la “Serie Azul”: Palma, Espirales, Ferronerías, Punteada, Mariposas, Helechos, Golondrinas, Heráldicas. “Serie Tricolor”: Palmetas, Encomienda. Serie Alcoreña: Puntilla de Berain, Cola de Gallo, Adormidera, Pabellones. Otras series singulares son la de Encaje, Vermiculada y una de las más reconocidas: la serie Polícroma.  

El Puente del Arzobispo ya es citada en las relaciones de Felipe II con más de 26 alfareros y cantareros. Pero el momento en el que su cerámica adquiere valores y características propias es en el s. XVIII con la utilización de colores como el anaranjado (hierro), el negruzco (manganeso) y sobre todo el verde (cobre), así como un sincretismo en las decoraciones: animales esquematizados, ramos, hojas plumeadas y helechos. Esta importante industria alfarera tradicional conectó desde entonces con el gusto más popular debido al encanto y calidez de sus decoraciones. 

Ambas localidades entran en un declive durante el siglo XIX, pero es en el siglo XX cuando los alfareros de Puente del Arzobispo vuelven a resurgir. En Talavera de la Reina diversos artesanos y amantes de la cultura y el arte como Juan Falcó, Francisco Alcántara, Enrique Guijo, Platón Páramo y el conocido Juan Ruiz de Luna consiguen recuperar y devolver la excelencia de la cerámica talaverana y llevarla de nuevo al lugar que le correspondía. La cerámica de Puente del Arzobispo también lograría volver a conectar con el nuevo gusto por lo artesano en la década de los 60 y 70. 

En el año 1996 abre el “Museo de Cerámica Ruiz de Luna”  de titularidad estatal con una colección única y representativa del esplendor de la cerámica de Talavera. En Puente también puede admirarse el “Centro de Interpretación de la Cerámica” con una recreación de un alfar del s.XX donde se explican todos los procesos artesanales que han permanecido intactos desde el s.XVI hasta nuestros días. 

En la actualidad la tradición de la cerámica sigue muy viva. Existen más de 30 talleres activos, herederos en su mayoría del resurgir cerámico del siglo pasado. También una hornada de nuevos ceramistas cargados de talento y originalidad están consiguiendo, fieles a las técnicas originales, adaptar sus diseños y piezas a nuevos espacios y estéticas más contemporáneas. 

En el año 2013 se crea la “Asociación Tierras de Cerámica” una entidad civil que vela por la salvaguarda del oficio y que fue la impulsora de su inclusión en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO. Este reconocimiento asegura su salvaguarda para las generaciones futuras y ensalza el legado cultural que se ha ido transmitiendo de aprendices a maestros artesanos. Además, la Escuela de Arte de la Talavera de la Reina, el Centro de Formación de la Cerámica y el Vidrio, impulsado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, así como otros cursos realizados por la Cámara de Comercio, la Fundación Michelangelo, etc. impulsan a nuevos aprendices que mantienen viva la llama del oficio. 

Los amantes de la belleza en lo cotidiano siguen encontrando en los tornos y pinceles de Talavera de la Reina y El Puente del Arzobispo el talento y oficio artesano forjado durante siglos a las orillas del Tajo.

 

En la actualidad la tradición de la cerámica sigue muy viva. Existen más de 30 talleres activos, herederos en su mayoría del resurgir cerámico del siglo pasado. También una hornada de nuevos ceramistas cargados de talento y originalidad están consiguiendo, fieles a las técnicas originales, adaptar sus diseños y piezas a nuevos espacios y estéticas más contemporáneas. 

En el año 2013 se crea la “Asociación Tierras de Cerámica” una entidad civil que vela por la salvaguarda del oficio y que fue la impulsora de su inclusión en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO. Este reconocimiento asegura su salvaguarda para las generaciones futuras y ensalza el legado cultural que se ha ido transmitiendo de aprendices a maestros artesanos. Además, la Escuela de Arte de la Talavera de la Reina, el Centro de Formación de la Cerámica y el Vidrio, impulsado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, así como otros cursos realizados por la Cámara de Comercio, la Fundación Michelangelo, etc. impulsan a nuevos aprendices que mantienen viva la llama del oficio. 

Los amantes de la belleza en lo cotidiano siguen encontrando en los tornos y pinceles de Talavera de la Reina y El Puente del Arzobispo el talento y oficio artesano forjado durante siglos a las orillas del Tajo.